Los bastones blancos ayudan a muchas personas con discapacidad visual a moverse sin depender tanto de terceras personas. Sin embargo, la tecnología podría lograr que esta independencia fuese todavía más real al aplicarse en estos objetos.
Unos investigadores de la Universidad de Stanford (California) han utilizado tecnología que se usa para vehículos autónomos para desarrollar un bastón inteligente de navegación automática. Este dispositivo es capaz de identificar si existen obstáculos alrededor de la persona que lo porte y alejarlo de forma segura.
Al probar la eficacia del aparato, el equipo de Stanford demostró que este permitía que la velocidad de los invidentes aumentase un 18%.
“Queríamos algo más fácil de usar que un simple bastón blanco con sensores –ha explicado un ingeniero mecánico de Stanford, Patrick Slade-. Algo que no solo te diga que hay un objeto en tu camino, sino que te diga cuál es ese objeto y luego te ayude a sortearlo”.
Este dispositivo cuenta con tecnología LIDAR, la cual emplea láseres reflectantes para conocer la distancia de los objetos. Por otro lado, también dispone de sensores comunes en teléfonos móviles para hacer un seguimiento de la posición, la velocidad y la dirección a la que va el usuario.
Asimismo, el bastón usa diversos algoritmos de inteligencia artificial. Entre ellos, se incluye la localización y el mapeo simultáneos (SLAM). A través de ellos, el aparato es capaz de desarrollar un mapa de un área desconocida y realizar un seguimiento del usuario dentro de ella.
En la punta del bastón, el equipo ha colocado una rueda motorizada omnidireccional. Con ella, pretenden que este pueda enviar a las personas con discapacidad visual a una dirección determinada.
“Queremos que los humanos tengan el control, pero les proporcionamos el nivel adecuado de orientación suave para llevarlos a donde quieren ir de la manera más segura y eficiente posible”, ha asegurado Mykel Kochenderfer, un científico informático de Stanford.
El bastón inteligente de este estudio sería muy útil para las aproximadamente 250 millones de personas con dificultades visuales que existen actualmente en el mundo. Mediante esta tecnología, mejoraría la calidad de vida de estos individuos considerablemente.
Hasta la fecha, los bastones blancos con tecnología integrada eran muy pesados y costosos. Sin embargo, el diseño de Stanford es bastante más liviano y lo han puesto a disposición de todo el mundo a través de un código abierto.
Para desarrollarlo, solo hace falta que una persona con el conocimiento y los materiales necesarios. A pesar de ello, hay que tener en cuenta que los materiales que se necesitan cuestan unos 400 dólares.
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